El nuevo sentido común es volver a las raíces, ser como somos. Afirmo que lo único que va a funcionar para llegar al fondo de nosotros mismos es la cooperación.
Llego a preguntarme por el sentido de la libertad y su relación con el sentido común, respondiendo que para ello es preciso introducir el concepto de paradigma: conjunto de valores que conforman una cultura, un pensamiento, una forma concreta de actuación.
Los valores del nuevo paradigma ya se conocen. Son la nueva salud, los fenómenos telepáticos, la conciencia de que el bienestar del cuerpo depende del estado emocional, etc. Pero ya no es el momento de hablar de ellos... Ahora, pienso, lo que tenemos que hacer es afirmar el nuevo paradigma, no dando de él la visión final, pues aún no la poseemos, sino la más moderna.
Si hemos logrado tantos valores, ¿por qué la realidad cotidiana no es reflejo de ellos? ¿Qué nos pasa si somos tan estupendos? El cerebro se activa ante la conciencia. ¿Para qué sirve pues la mente consciente? Cuando estamos integrados en la vida, no nos importa que nos lleve la corriente. Surgen entonces los enfrentamientos entre los distintos aspectos de nuestra personalidad.
No es fácil que todas las partes de nuestra personalidad trabajen en armonía. Para conseguir la armonía y ser creativos hay que unificar toda nuestra personalidad en función de un objetivo, un propósito. ¿Cómo adquirir ese propósito?
Es necesario descubrir que hay que hacer algo que nadie hace. Es entonces cuando nos sentimos responsables. Por otro lado, debemos preguntarnos también ¿qué me aliviaría si los demás lo supieran? Sea lo que sea, la verdad interior es el peso que llevamos encima. La mayor parte de las veces respondemos a esa pregunta con idealismo. Todos ocultamos nuestros ideales por miedo al ridículo, pero si los ideales son los que nos van a salvar, mejor es actuar rápidamente.
Para dejar de ser personas fracturadas, tenemos que descubrir y comunicar nuestros ideales más profundos. ¿Qué puede ser más divertido que un descubridor? Una de las cosas que dice el nuevo paradigma es que todos estamos cualificados para ser un descubridor.
La gente privilegiada de hoy no son los ricos, sino los que hacen lo que quieren hacer, los descubridores y los creativos. Mientras ellos no decidan que el mundo sea creativo, el mundo no cambiará. Nosotros somos nuestros propios líderes.
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