sábado, 18 de octubre de 2008

Sed de sangre

Hace mucho tiempo que se atribuye a la sangre humana una serie de místicas propiedades curativas.
En el pasado, la gente bebía este fluido en un intento desesperado de curar sus dolencias.
Un moderno investigador, sin embargo, lanzó no hace mucho la teoría de que en algunos casos el deseo de consumir sangre puede haber constituido el síntoma de una enfermedad, y que los llamados vampiros que ha habido en la Historia podían haberla padecido.
Esta enfermedad, la porfiria, es un trastorno sanguíneo, hereditario y poco frecuente, que se caracteriza por la presencia de anemia.
Hoy día la porfiria tiene tratamiento, pero el investigador sugirió que la necesidad de superar los efectos de una anemia severa puede haber llevado a beber sangre a algunas de las primeras personas que la padecieron.
Entre los síntomas de esta enfermedad se incluyen la extrema sensibilidad a la luz del sol, así como una retracción de las encías que pone al descubierto los dientes: ¿os suena?: los clásicos rasgos del vampiro.